Cuando el diálogo gana, ganamos todos

CAMBIA EL CHIP

Ayer se firmó un acuerdo que marca un antes y un después: el reasentamiento consensuado de las comunidades cercanas a la operación de Barrick Pueblo Viejo. Más allá del contenido del acuerdo en sí, lo que merece ser resaltado es el proceso. Porque lo que realmente firmamos como país fue un triunfo del diálogo.

En tiempos donde la polarización muchas veces domina la conversación pública, este acuerdo nos recuerda que sí es posible construir consensos cuando hay voluntad, respeto y, sobre todo, mediadores comprometidos. Es justo reconocer el papel fundamental que jugaron la Iglesia Católica, el Ministerio de Energía y Minas y el Defensor del Pueblo. Su intervención equilibrada y su apuesta por la escucha activa abrieron las puertas a una solución que parecía lejana.

Este proceso también nos deja lecciones importantes en materia de sostenibilidad. La sostenibilidad real es tripartita: se construye entre el Estado, la empresa y la comunidad. No se trata solo de indicadores ambientales o económicos, sino de relaciones humanas, de confianza mutua y de visión compartida.

Hoy, con este acuerdo, ganamos todos. Ganan las familias que tendrán una nueva oportunidad de vida, gana la empresa que fortalece su licencia social para operar, y gana el país que demuestra que puede enfrentar desafíos con madurez institucional y enfoque de largo plazo.

Cambiemos el chip: el conflicto no tiene que ser sinónimo de enfrentamiento. También puede ser una puerta al cambio cuando se gestiona con responsabilidad, respeto y diálogo.

Por: Elizabeth Mena